El experimento (cuento corto)
El experimento
Accedí a participar en un experimento. ¿En qué consiste? Algo sencillo. Al menos así parece.
Tendría que pasar un tiempo indefinido con una persona desconocida en una cuarentena obligatoria. En un aislamiento social total. Ensayo de una pandemia.
Solo él, o ella, y yo.
Espero que sea ella. Y bonita ojalá. No, mejor no, quizás sería un problema. Las mujeres son complicadas. No sabría cómo tratarla, son imposibles de complacer. ¿Y si me enamoro? Ni hablar. Mejor que sea un hombre. Bueno, este puede enamorarse de mí, uno nunca sabe.
Espero que sea una buena persona. Qué problema meterse a un cuarto encerrado con un patán.
Ojalá sea de la misma cepa que yo. Las personas de otras tribus me asustan un poco. Con todo el cuento de las diferencias culturales y raciales… No creo que vaya a funcionar.
Si fuera de una edad parecida a la mía sería genial. Qué flojedad aguantar a un viejo. Aún peor entretener a un niño. A como son ahora, creen saberlo todo, ya ni para un consejo de sabiduría sirve uno.
Estoy nervioso. Bueno, por el amor a la ciencia valdrá la pena. A lo mejor algún día nos toque alguna pandemia. Es poco probable, pero nunca se sabe. Mejor que estemos preparados. Ya no me importa ni el género, ni la raza, ni la edad, ni las preferencias sexuales. Me la jugaré, me adaptaré. Soy flexible y llevadero.
Vamos a conversar mucho. Soy bueno conversando. Creo que puedo hablar sobre muchos temas. Espero que mi futuro compañero también. Yo soy bastante culto, a decir verdad, y modestia aparte.
Espero que no sea un tonto sin educación. Mínimo un título universitario. Aunque ahora eso es como tener nada, todo el mundo tiene uno, ya sin una maestría ni para cortar zacate.
Bueno, la verdad da igual.
Ya está llegando el día.
Ya llegó el día.
Profesor Virtudes entra al cuarto que será su hábitat por el tiempo indefinido que dure el experimento. Escanea cuidadosamente la habitación. Se detiene. Gira lentamente y se encuentra de frente con un hombre de mediana estatura, ni joven ni viejo, de aspecto agradable, vestido de traje formal y zapatos lustrados, cuidadosamente peinado con carrera al lado, con los anteojos un poco anticuados y mirada perpleja.
Profesor se rasca la cabeza y trata de sonreír. La figura que tiene enfrente hace exactamente lo mismo.
Los hombres de gabachas blancas que esperan afuera del cuarto del experimento, escuchan un grito nervioso:
¡¡¡Quiero salir de aquí!!!