365 (el poema, extracto de la novela "Mis demonios")
365
(El poema, extracto de la novela "El amor y otros demonios")
365 dias.
De 50 a 51.
Un año exacto.
Solo un año.
Eterno un año.
Toda una vida plasmada en los 8760 horas.
Hace un año la vida con su mano peluda y despiadada
me agarró del cuello,
me tomó del cabello,
me sumergió debajo del agua.
Por un año traté de salir,
traté de liberarme de las garras,
traté de llevar un poco de aire a mis pulmones,
traté de luchar, patalear, arañar, no dejarme ahogar.
Lloré como la Magdalena.
Llené un mar con mis lágrimas saladas.
Reí como la loca de mis desgracias.
Bailé sola con la música a todo volumen.
Acabé las botellas de vino sin contar.
Amé, perdoné, odié, volví a perdonar y volví a amar y volví a odiar.
Perdoné de corazón al fin.
Perdoné pero no me resigné.
Tuve mi corazón roto en mil pedazos.
Tenía duda de si jamás podría volver a recuperarse.
Estaba empezando a sanarse pero fue roto una vez más.
En un millón de pequeños pedacitos.
Quedó hecho polvo.
No hay nada que reconstruir ni pegar esta vez.
Me toca crear uno nuevo.
Un corazón nuevo y sano.
Capaz de volver a amar.
Capaz de volver a confiar.
Capaz de perdonar sin rencor.
Capaz de bailar con la música a todo volumen.
Capaz de ser entregado de nuevo sin miedo a ser roto.
No tengo miedo de estar sola,
pero tengo miedo a la soledad.
He vivido los peores 365 días.
¿O he vivido el peor día de mi vida 365 veces?
No, 365 veces no.
He vivido 365 experiencias.
Aprendizajes y lecciones duras.
Momentos de lucidez y felicidad completa.
Momentos de paz y conexión con lo de más allá.
Miro al espejo y me pregunto:
¿Quién eres?
¿Una mejor y más perfecta versión de la que era hace 365 días?
¿Habrá quedado algo de la vieja versión?
Aún no estoy segura.
He salido de debajo del agua.
He tomado el primer respiro
y me supo a gloria.
Me supo tan dulce como la miel más exquisita.
Ahora solo quiero respirar del mismo aire.
Del aire de mi mundo nuevo.
No lo he buscado.
Ni siquiera lo he querido.
Ni siquiera me lo había imaginado hace 365 días.
Solo me encontró.
Llegó sin avisar.
Me atropelló,
me sofocó,
me abofeteó,
me desgastó,
me desgarró,
me desangró,
me arrastró debajo del tren,
me trituró cada músculo y destrozó cada ligamento.
Lo maravilloso de la vida y de la resiliencia humana:
Cuando nada queda, sale una versión nueva.
Completa, nada perfecta.
Completa y totalmente perfecta.
Con el corazón nuevo y el alma nueva.
Capaz de amar y perdonar de nuevo.
Hoy celebro el año y celebro la vida.
Celebro a la gente que me ama de verdad.
Que han batallado conmigo.
Que han llorado conmigo.
Que han bailado conmigo.
Que siguen a la par mía.
Y a los que se fueron, que les vaya bien.
Solo el bien les deseo.
Y a los que les incomoda verme feliz, les deseo lo mismo.